“No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano”
—
Herman Hesse
A mi parecer, cuando un nacionalismo se convierte, siempre gradualmente y empezando por raíces históricas desde una perspectiva victimista, excluyente y reaccionario al porvenir es cuando ya tiene los días contados. Si no nos adaptamos morimos, en el caso del patriotismo disfrazado de falsa identidad individual también y suele suceder que requiere del “apartar al que toque, normalmente al débil”, para sentir la falsa sensación de superioridad.
Ni es malo sentir que perteneces a algo mayor ni es bueno de por si. Nos ayuda a avanzar y a mantenernos ligados para con nuestros vecinos ya sean de barrio, comunidad o país. Y es ese avanzar el que nos hace crecer como especie, nuestro legado, nuestra huella en el mundo.